Que algunos animales colaboran en la emisión de Co2 a la atmósfera y con ello a la aceleración del cambio climático es un hecho que se sospechaba desde hace años.
Sin embargo ahora las sospechas se han convertido en hechos más o menos alarmantes. Y es que unos investigadores australianos acaban de publicar un estudio en el que avisan de que ni más ni menos que el diez por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país oceánico proceden del metano producido por el ganado.
Una vez asumido este dato, se han decidido a poner solución al problema, y ya han anunciado que sus próximas investigaciones irán encaminadas a modificar genéticamente a estos animales para obtener ovejas y vacas que eructen menos.
De momento los expertos están comprobando cuánto eructan los ovinos después de comer, les mantienen en cabinas de forma que pueden contabilizar los gases que emiten. De hecho, están tratando de descubrir si existe un vínculo genético en las ovejas que producen menos metano, una información que podría utilizarse para ayudar a criar un tipo de ovino "amigable" con el medio ambiente.
Sin embargo ahora las sospechas se han convertido en hechos más o menos alarmantes. Y es que unos investigadores australianos acaban de publicar un estudio en el que avisan de que ni más ni menos que el diez por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país oceánico proceden del metano producido por el ganado.
Una vez asumido este dato, se han decidido a poner solución al problema, y ya han anunciado que sus próximas investigaciones irán encaminadas a modificar genéticamente a estos animales para obtener ovejas y vacas que eructen menos.
De momento los expertos están comprobando cuánto eructan los ovinos después de comer, les mantienen en cabinas de forma que pueden contabilizar los gases que emiten. De hecho, están tratando de descubrir si existe un vínculo genético en las ovejas que producen menos metano, una información que podría utilizarse para ayudar a criar un tipo de ovino "amigable" con el medio ambiente.
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Publicado por: Eugenio Chillida
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